martes, 5 de abril de 2016

Psicoterapia de las emociones




La neurociencia demuestra que el elemento esencial en el aprendizaje es la  EMOCIÓN 







El investigador en neurociencia Francisco Mora asegura que el elemento esencial en el proceso de aprendizaje es la emoción porque sólo se puede aprender aquello que se ama, aquello que le dice algo nuevo a la persona, que significa algo, que sobresale del entorno en Neuroeducación, el libro que acaba de publicar en Alianza Editorial. 


Sin emoción no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaje, no hay memoria. 
Neuroeducación

El científico señala que “los niños hoy aprenden, desde muy pronto, conceptos abstractos en habitaciones con ventanales sin mucha luz o luz artificial, con el rigor y la seriedad de maestros que se aleja de aquel “juego” primitivo que generaba aprender y memorizar de lo sensorial directo, “con alegría”, base de la atención y el despertar de la curiosidad”.



Entender esto hoy en su raíz y desde la perspectiva de cómo funciona el cerebro y sacar ventaja de ello –afirma– “es un primer principio básico de la enseñanza con el que se puede llegar a aprender y memorizar mejor. estos principios se pueden extender en su aplicación no solo a la enseñanza básica o durante la adolescencia sino a los más altos estudios universitarios o a estudios aplicados sea la empresa o la investigación científica”.
Asimismo añade que “la neurociencia cognitiva ya nos indica, a través del estudio de la actividad de las diferentes áreas del cerebro y sus funciones que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo. aquello que llama la atención y genera emoción. aquello que es diferente y sobresale de la monotonía”.


“La atención, ventana del conocimiento, despierta cuando hay algo nuevo en el entorno. Ese ‘algo nuevo’ apela, como hace millones de años, a la supervivencia como último significado” –añade–. “La atención nace de algo que puede significar recompensa (placer) o castigo (peligro) y que por tanto tiene que ver con nuestra propia vida”. “Pero con el devenir evolutivo y la propia civilización –advierte Mora–, aprender y memorizar son mecanismos que los hemos llevado a unos niveles tan abstractos y de tan alto calado social que escapan y se han venido alejando de las raíces inviolables, genéticas y evolutivas, de aquella alegría que en su origen significó verdaderamente aprender y memorizar”.
LA PELÍCULA DE DISNEY INSIDE OUT ES UN BUEN MODELO DE APRENDIZAJE DESDE LA PERSPECTIVA NEUCOCIENTIFICA DE LAS EMOCIONES Y LO DESCRIBE DE FORMA MUY EFICAZ.





A su juicio, revitalizar hoy la enseñanza y el aprendizaje en este nuevo contexto de una cultura avanzada, “requiere un conocimiento de cómo funciona el cerebro en esos procesos y llevarlo a los maestros y los profesores para que estos finalmente lo apliquen en las aulas”. Asegura que “de esto se han dado cuenta muy recientemente prestigiosos pensadores e instituciones como el recién creado Centro de Neurociencia para la Educación de la Universidad de Cambridge o la International Mind-Brain and Education Society a través de su revista Mind, Brain and Education”. No obstante asegura que “es bien cierto que, hasta ahora, el conocimiento extraído de las neurociencias no ha sido fácil mostrarlo a los maestros y ellos transferirlo como método a la enseñanza de los niños o los estudiantes de instituto”.
Reconoce que “existen problemas en la relación neurocientífico-maestro (y mas allá profesores universitarios) sobre todo en el lenguaje utilizado por los primeros para dirigirse a los segundos en la transferencia de estos conocimientos. y en los segundos, los maestros, para captar, con certeza y seguridad esos conocimientos a la hora de emplearlos con los alumnos”.
“Desde esta perspectiva como base –subraya– se pretende construir este libro que propongo con el título de Neuroeducación y que tendría un formato similar al libro ¿Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro?”
Mora, utilizando un lenguaje sencillo, conciso y asequible pretende “desarrollar las contestaciones a las preguntas básicas y los componentes esenciales del problema que representa el advenimiento de la neurociencia para la educación y enumerar y describir brevemente las soluciones y ventajas de estas nuevas concepciones”.




domingo, 3 de abril de 2016

Y los sueños, sueños son





El periódico el Pais, en su edición de hoy domingo 3 de abril, nos habla de la importancia de los sueños, partiendo de la teoría del psicoanálisis y hasta nuestra actualidad donde la neurociencia nos explica muchas cosas.



         Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON….







“La interpretación del sueño es la vía regia hacia el conocimiento de lo inconsciente.” Han pasado más de cien años desde que Freud formuló su teoría y todavía la ciencia no ha encontrado datos que apoyen la idea de que los sueños tengan un significado oculto en el inconsciente. Las teorías neurológicas contemporáneas conciben a los sueños como productos de la actividad cerebral en las fases del sueño REM, que viajan desde el tronco cerebral hasta la corteza, las cuales representan nuestras preocupaciones e intenciones que tenemos en el transcurso del día y no deseos o conflictos reprimidos.
El diario El País nos presenta un artículo bastante acorde con los hallazgos científicos de la actualidad, nos habla de los sueños más comúnes y ofrece algunas posibles interpretaciones personales que podemos hacer a partir de la experiencia propia de nuestro día a día:
Si parece claro que todos soñamos, queda por saber si todos soñamos con las mismas cosas. A este respecto el psicólogo Nacho Coller aporta que “el 80% de los sueños suelen tratar sobre historias completamente normales, historias asociadas al trabajo, a la casa, o a la familia”. De hecho, según el experto las personas que aparecen en los sueños suelen ser conocidas, calculando que aproximadamente el 20% de las personas que aparecen son familiares y otro 50% son amistades. Además, como curiosidad, el psicólogo destaca que “en casi todos los sueños somos los actores principales y se viven en primera persona la gran mayoría de ellos”.
    SUEÑOS BUENOS Y MALOS:







Como funcionan los sueños en nuestro cerebro?



Neuropsicología cognitiva:


Los sueños constituyen una experiencia humana universal y suponen un reto para su estudio desde la neurociencia, la consciencia, las emociones y la cognición. Así, los sueños han sido abordados desde múltiples puntos de vista, que van desde la filosofía hasta la medicina clínica, pasando por la psiquiatría, la psicología, la inteligencia artificial, los modelos de redes neurales, la psicofisiología o la neurobiología.
Se plantean los modelos principales sobre la función biológica de los sueños, sobre todo aquéllos basados en procesos de consolidación de memoria y olvido y los modelos de la simulación. Asimismo, se desarrollan los modelos actuales sobre la neurobiología y la neuropsicología de las fases REM del sueño y su diferenciación con estados de vigilia. Así, neurobiológicamente, los sueños se relacionan con el papel de la acetilcolina, y neuropsicológicamente, con la activación de regiones límbicas y paralímbicas, la activación de los ganglios basales, la activación de áreas corticales de modalidad específica (especialmente las áreas 19, 22 y 37 de Brodmann) y la desactivación de la corteza prefrontal dorsolateral, ventromedial, parietal y cingulado posterior.
Los sueños pueden considerarse como un estado de consciencia caracterizado por un reducido control sobre su contenido, imágenes visuales y activación de la memoria, y mediado por incentivos motivacionales y sabiencia emocional.